Pescado y chocolate son las opciones gastronómicas reinantes durante Semana Santa, ya sea por tradición, costumbre, gusto y hasta creencias religiosas. Los huevos de Pascua más baratos se consiguen desde $60.
Bacalao o merluza son las variantes de pescados que “más salen” en esta época del año, según consignaron en las pescaderías consultadas aunque la merluza se presenta como infaltable a la hora de presentar la mesa para el Jueves y Viernes Santo. Además, muchas de las pescaderías cuentan con el servicio de comida preparada y en algunas se consigue la porción de paella a razón de $100.
“Lo más tradicional es el bacalao de Noruega, que está a $250 el kilo y cada penca pesa entre 2 y 3 kilos”, detallaron en la pescadería Victoria.
La receta más típica para prepararlo indica que hay que hidratarlo y luego cocinarlo en una olla con papas, bien condimentado.
Un infaltable es el filet de merluza, que se comercializa en cualquier época del año y que cotiza entre $170 y $185 el kilo según el comercio elegido. Miguel, encargado del negocio ubicado en Jujuy y Belgrano, detalló que “es un clásico” y aclaró que “no es el pescado más barato, eso es el pollo de mar que está a $75 el kilo”.
A la opción de comprar el pescado fileteado, también se le suma la posibilidad de adquirir la pieza entera (chernia a $95) y hasta el plato ya preparado como el cuarto de rabas a $84, la cazuela a $180 el kilo y $140 la paella.
“También hay ensaladas de mariscos y se arman picadas”, detallaron.
Empaquetados
“Por suerte hay movimiento y más en estos días, que es como nuestra temporada alta”, señaló Verónica, de Venezia boutique de mar.
A su entender, este año están vendiendo bien “las cajitas con mariscos cortados y después se arman los platos”, aunque en el comercio también se vende comida preparada como las empanadas de atún y de langostino, entre $20 y $23 la unidad, o porciones de arroz con marisco que cotizan a $200 el kilo.
Cargando dos bolsas, un hombre se llevaba ayer a la tarde “dos corvinas” para prepararlas “a la parrilla” aunque destacó que no se trataba de ninguna ocasión especial o en conmemoración cristiana.
También los congelados aparecen como opción, como el kilo de rabas cortadas y ya preparadas a $240 el kilo.
“Lo típico es la merluza, lo que más se consume, no sé si por costumbre o paladar”, describió Martín, desde detrás del mostrador de Pingüino II.
Este año, porque “estaba muy caro y no hay mucha demanda” no compraron bacalao y entre el menú de opciones figuran “los calamares, mejillones, langostinos, que junto con pickles y aceituna armas una buena ensalada para empezar”.
También venden “empanadas de vigilia” y para los más chicos pican en punta los “kanikama” o también conocidos como “palitos de mar”.
“Hoy trabajamos bien -contó ayer el hombre- pero esperemos que mañana (por hoy) y el viernes sea mucho mejor”.
Dulce o semiamargo
Los huevos de Pascua constituyen la otra “obligación” gastronómica de estas fechas, con opciones para todos los gustos y bolsillos.
Un huevo “de buen chocolate, de unos 100 gramos, cuesta en promedio $120, también hay conejitos de chocolate y los tradicionales de las sorpresas, pero más grandes que del tamaño habitual”, explicó Lucía, encargada del local de Cabrales ubicado en el Paseo Aldrey.
Si los huevos con las sorpresas están destinados a nenes o nenas, ya que varían los juguetes que traen en su interior, los amantes de los superhéroes también pueden pedir su huevo “tunneado” con el Capitán América, por ejemplo.
En pleno centro, Charlotte ofrece “huevos de chocolate blanco o negro, semi amargo o dulce, desde $60 y la promoción indica que se llevan 2 por $100”, explicó Silvia.
Como desde hace más de 30 años, allí también fabrican “huevos gigantes, como uno de 7 kilos, el más grande, que cuesta $4.500. Se juntan varias familias y lo comparten”, describió.
Si bien el elegido dependerá del presupuesto del comprador, el promedio de las erogaciones es “de entre $85 y $120, ya sea negro o blanco”. Todos los huevos contienen en su interior “sorpresas y confites” y se venden “hasta después de Pascuas. Ya sea porque a uno le gustan, son golosos, o porque llevan al trabajo o tienen que regalar”.